2000Agro 110

www. .com.mx — ¿Su investigación podría considerarse como un trabajo transgénico? —No, justamente en Europa los transgé- nicos tampoco son bien vistos, entonces la estrategia que hemos desarrollado no tiene que ver con esta tecnología. Sola- mente usamos plantas mutantes, que fueron seleccionadas por azar porque tienen problemas en un gen meiótico y su combinación de manera inteligente permite tener las propiedades del maíz que queremos. Sin embargo, tengo que aceptar que lapolémicade los transgéni- cos ha entorpecidomi trabajo. Pero creo que en realidad la tecnología de transgénicos es una polarización legí- tima. El problema está en tener semillas monopolizadas y que el campesino se convierte en esclavo de las grandes em- presasmultinacionales. Eso atenta contra la democracia de una manera dramática, porque el campesino debería tener derecho a reusar sin res- tricciones las semillas que ha cosechado. Peroestonosedebeaque laplanta trans- génicaseamala, esel usoquese leda. — ¿Por qué hacer esta investigación en México si hay tan pocos apoyos? —Porque México es el país del maíz, es completamente lógico paramí. Es mucha la ventaja de trabajar en este país porque a pesar de todo estánmuy comprometidos porteneravancesenproductividaddemaíz yconesteproyectopodríamosaumentarla de30a40porcientoenlospróximosaños. Aquí hay un enormepotencial paraque toda la riqueza de los componentes del maíz seaadaptadaa losdiferentesclimas que hay en México. Además, el maíz es el primer cereal que se consume en el mundo, China produce más maíz que arroz desde 2005. El maíz es una planta quepuedesalvar el problemadenutrición mundial y es una planta que fue dada al mundo por México y creo que México tienequeparticipar en losavancesquese pueden hacer paramejorarlo. 35

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