Investigadores de FES Cuautitlán determinarán características e investigarán aplicaciones pecuarias
Un grupo de investigadores de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán de la UNAM, dirigidos por José Luis Sánchez Millán, realiza estudios para determinar las características fenomenológicas de la chía, características genómicas, rendimiento, ácidos grasos, constitución química, así como sus posibles aplicaciones pecuarias.
Esta investigación tiene como objetivo principal mejorar e incrementar la producción de esta semilla así como procesarla para extraer su aceite y mucílago. Además se generarán semillas de calidad para poder solicitar ante la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) el título de obtentor de las variedades obtenidas.
De acuerdo con José Luis Sánchez Millán, la chía es un producto de origen mexicano cuya mayor biodiversidad se encuentra precisamente en el país. La media nacional de producción es un promedio de una tonelada por hectárea. La FES Cuautitlán busca aumentar la calidad de las semillas mediante parcelas experimentales dentro del Centro de Enseñanza Agropecuaria.
Los universitarios cultivan chía en tres ciclos, mayo, junio y julio, además de establecer ensayos de dosis nutrimental vía fertilización en banda con énfasis en la nutrición fosfatada. Se espera obtener un mayor rendimiento respecto al experimento realizado en 2015, así como una mayor producción de ácidos grasos poliinsaturados con respecto a la que alcanza la semilla en zonas del país donde se cultiva.
Por otra parte, el grano de chía que se vende a granel en el mercado nacional no es completamente inocuo desde el punto de vista químico y de sanidad. Con ayuda del área de Ingeniería en Alimentos los investigadores de la FES Cuautitlán desinfectan la cosecha de chía con radiación ultravioleta la cual no daña al grano y destruye bacterias coliformes, entre otros microorganismos dañinos.
De acuerdo con un estudio efectuado en 2015 por la académica de medicina veterinaria y zootecnia Ángeles Ortiz, la harina de la chía, resultado de extraer el aceite y el mucilago, conserva 20 por ciento de su proteína la cual podría servir para la elaboración de sustitutos de leche para alimentar becerras de recría.
Los sustitutos para nutrir a las becerras utilizados en la industria lechera mexicana son patentes extranjeras por lo cual resultan más costosos. De esta manera, una parte del sistema lechero podría beneficiarse de manera importante con este desarrollo universitario.
Mientras que en otros países han logrado introducir el cultivo de chía en el ámbito industrial, en México se carece de recursos científicos y tecnológicos para desarrollar variedades mejoradas e híbridos, así como de la tecnología agrícola necesaria para una producción intensiva de chía.
