Pecuario y Pesquero

Miedo y estrés en animales

Como los seres humanos, los animales también sienten miedo y viven momentos de estrés. Especialistas refieren que hay una enorme posibilidad de que tal estado provoque muchos efectos dañinos, como bajo rendimiento y efectos negativos en la salud del animal.

La reducción del estrés en el ganado, durante los trabajos de manejo, contribuye a reducir las enfermedades y ayuda a que los animales vuelvan a alimentarse con mayor rapidez.

La experiencia práctica de los ganaderos, tanto en los ranchos como en los corrales de engorda, demuestra que si los animales están habituados al trato de la gente, tanto a pie como a caballo, estarán más tranquilos y serán fáciles de manejar.

Los especialistas recomiendan que la primera experiencia de un animal en un corral, con una persona o un equipo nuevo, debería ser lo más positiva posible, ya que si se aplica un procedimiento muy doloroso o desagradable, será difícil conseguir que el animal vuelva a entrar al mismo lugar.

Para evitar el estrés, los expertos sugieren mover a los animales en grupos pequeños, no sobrecargar el corral de encierro, eliminar las picanas eléctricas, dejar abiertas las puertas que impiden el retroceso, eliminar los elementos visuales de distracción que hacen que los animales se frenen, usar los principios de la zona de fuga y el punto de balance y reducir el ruido.

La reducción del estrés animal, durante los trabajos de manejo, tiene la doble ventaja de aumentar la productividad animal y mantener la calidad de la carne. El ganado que se agita y se pone nervioso, tiene ganancias de peso significativamente menores, carne más dura, y más cortes lindantes con la carne oscura. La agitación y la excitación del animal dependen tanto de factores genéticos como de las experiencias anteriores de manejo. El ganado que tiene experiencias previas de manejo tranquilo será más calmo y más fácil de manejar en el futuro.

La experiencia indica que los métodos tranquilos de manejo contribuyen a mejorar la productividad y la mortandad por enfermedades respiratorias se reduce.
La reducción del estrés durante el ingreso de los animales al corral de engorda disminuye los costos en curaciones. Los abscesos podales se reducen a la mitad con métodos más tranquilos de manejo. Una de las causas de estos abscesos son las abrasiones que sufren las pezuñas cuando los animales están muy nerviosos mientras esperan en la manga.

Durante el manejo o el transporte, se producen situaciones breves pero agudas de estrés, que se ha comprobado que interfieren con los mecanismos biológicos de la reproducción y de la reacción inmunitaria. Las picanas eléctricas, la inmovilización y otros factores de estrés debilitan el funcionamiento reproductivo de las hembras. Tanto en porcinos como en bovinos, el estrés del transporte o de la inmovilización disminuye la función inmunitaria. En el ganado bovino, el estrés impuesto durante el transporte tiene un efecto más dañino en la fisiología del animal, que el estrés causado por la privación de alimentación.

En las ovejas, la persecución por parte de perros, los trabajos de manejo y de aparte, ocurridos entre dos y tres semanas después del apareamiento, provocan pérdidas tempranas de embriones.

En Australia se han realizado numerosos estudios que demuestran que las cerdas temerosas, debido al trato agresivo de las personas, producen menos crías por parición, tienen menos ganancias de peso y padecen de estrés crónico. Se descubrió que los porcinos que eran manejados habitualmente a golpes de palma de la mano o con picana eléctrica exhibían ganancias de peso inferiores al promedio. También observaron que la actitud de los operarios y cuidadores afectaba la productividad de las granjas porcinas comerciales, fenómeno que también ha sido comprobado en las vacas lecheras.

Se han registrado mayores rendimientos lácteos en vacas ordeñadas por personas seguras de sí mismas, tranquilas e introvertidas. En las plantas de faena, el manejo calmo de los cerdos gordos contribuye a mantener la calidad de la carne. El trato rudo, los amontonamientos y el uso excesivo de la picana eléctrica antes del noqueo aumentan la carne pálida, suave y exudante. La observación de la intensidad de los chillidos de los cerdos en las plantas de faena ha demostrado que está asociada directamente con pérdidas de calidad de la carne y con un aumento del nivel de fosfokinasa creatinina.

Las emisiones sonoras o vocalizaciones de los cerdos durante el proceso de manejo son señales de estrés y miedo. En dos plantas de faena de porcinos, se trabajó con los empleados en el manejo de animales, para reducir el uso de la picana eléctrica en la manga de noqueo, lo que tuvo como resultado que los cerdos estaban más tranquilos, chillaban y se amontonaban menos.

El entrenamiento del ganado

El entrenamiento de un grupo de vacunos, que son algo más excitables que los ovinos, puede requerir unos diez días. Las sesiones de entrenamiento de ganado vacuno deben espaciarse unas 24 horas para darle a los animales la posibilidad de serenarse. Una serie de ensayos de entrenamiento practicados el mismo día puede llevarlos a una agitación y nerviosismo crecientes.

Las experiencias anteriores del animal en cuanto al manejo afectarán su reacción en el futuro. Las ovejas que habían sido puestas patas para arriba en un dispositivo de inmovilización fueron renuentes a volver a entrar a los corrales al año siguiente. Investigadores de Australia y de Brasil han comprobado que el entrenamiento de terneros jóvenes, caminando en calma entre ellos, o acariciándolos cuando estaban dentro de la manga, produce animales adultos más tranquilos, con zonas de fuga más pequeñas. La zona de fuga es la distancia a la cual un animal se acercará a una persona. Los animales totalmente mansos no tienen zona de fuga, y permiten que la gente los toque.

Algunas corrientes híbridas de cerdos magros son más excitables y difíciles de manejar y tienen más tendencia a entrar en pánico y a amontonarse cuando se les arrea en plantas de faena de alta velocidad. Se ha observado que los cerdos que han sido recorridos diariamente por personal de a pie durante el periodo final de engorda son más fáciles de arrear en la planta de faena, y tienen menos propensión a frenarse de golpe. Sólo se necesita dedicar de 10 a 15 segundos por día. Esto entrena a los cerdos a ponerse de pie de manera ordenada y a moverse en calma alrededor del recorredor. Es importante enseñarles a moverse ordenadamente alrededor de la persona. Si el operario se queda quieto y deja que los cerdos se le acerquen y muerdan su vestimenta, puede ser más difícil arrearlos en la planta de faena, porque tenderán a seguir a la gente en vez de dejarse arrear por ella. Para no asustar a los cerdos, el operario jamás deberá golpearlos con las palmas ni patearlos. Si se camina dentro de los corrales de engorda de los cerdos, o si se los saca a caminar por los callejones, se lograrán animales más calmos.

El temperamento

El temperamento del animal es uno de los determinantes de la forma en que reaccionará durante el manejo, y esto depende de la interacción de factores genéticos y ambientales. En el ganado vacuno, el temperamento es altamente heredable.

Aun cuando el temperamento tiene un fuerte componente hereditario, también está influido por las experiencias anteriores de manejo. Las cabras criadas con alimentación suministrada a mano reaccionaban con menos intensidad a los cambios en su entorno que las cabras amamantadas por sus madres. Los cerdos a los que se les dan objetos para que masquen son menos excitables.

Los animales de temperamento genéticamente huidizo, como los cerdos extremadamente magros, y las razas excitables de ganado vacuno, pueden ser entrenados para aceptar un procedimiento de manejo, al punto de parecer tranquilos de comportamiento. Pueden aprender a comportarse en calma cuando están con gente conocida, o en una instalación de trabajo conocida, pero también pueden entrar súbitamente en pánico cuando se los deja solos en un lugar extraño, o se los expone a la novedad de un remate ruidoso o de un campo nuevo.

El efecto de las novedades

Las novedades son factores importantes de estrés en los animales de granja. Un hecho nuevo y repentino, como una persona que camina taconeando en un corral de cerdos en engorda, es una de las mejores pruebas para determinar las diferencias genéticas en la reacción de animales que han sido criados en idénticas condiciones. Esta prueba es mejor que otras, tales como la disposición a salir de un corral o la facilidad con que se mueven por un pasillo. La paradoja de la novedad es que, cuando se le introduce súbitamente a un animal de temperamento huidizo y excitable, le provocará una reacción intensa en su comportamiento y fisiología, pero ese mismo animal huidizo puede ser el más atraído por un objeto novedoso cuando se le permite acercarse voluntariamente a él.

Los cerdos más reactivos y excitables, que tienen las reacciones más fuertes de perplejidad, son también los más propensos a acercarse voluntariamente a un balde colocado en su corral. En el ganado bovino, las razas con mayor zona de fuga tienen más tendencia a acercarse a los objetos nuevos, o a una persona echada en el piso. Se ha observado que el ganado vacuno se aproximará y tocará un pedazo de papel colocado sobre el suelo, cuando se le permita acercarse voluntariamente al mismo, pero se detendrá bruscamente y saltará hacia fuera si alguien trata de arrearlo sobre el mismo.

Temperamento y acostumbrarse al manejo

Los animales que tienen un temperamento más plácido se habitúan más fácilmente que los animales de temperamento huidizo a procedimientos forzados pero indoloros. En bovinos, la agitación y los niveles de cortisol bajaron cuando los animales fueron manejados en una manga de compresión durante varios días seguidos, es decir, se habituaron a ser inmovilizados. Sin embargo, algunos animales no se habitúan fácilmente. En un grupo de vacunos, algunos animales sacudieron violentamente la manga y nunca llegaron a habituarse a ser inmovilizados, incluso cuando se les repitió el procedimiento durante 30 días.

Algunos ganaderos han tenido éxito en entrenar al ganado haciéndolo pasar caminando varias veces por la manga, y dándole alimento en recompensa, lo que hace que el manejo posterior en la manga de compresión sea más fácil. El suministro de alimento a ovejas mejoró el movimiento a través de las instalaciones de trabajo.

Recomendaciones para mover animales

* Los cerdos para engorda deben ser movidos en grupos pequeños, de tres a seis cada uno, durante el embarque en el camión. En ranchos y corrales de engorda, hay que mover el ganado en grupos de un tamaño que permita manejarlos con facilidad. El callejón de encierro que lleva a la rampa de embarque o a la zona de procesamiento sólo debe ser llenado a la mitad.

* No sobrecargar el corral de encierro. El corral de encierro, sea para cerdos o para vacunos, sólo debería llenarse entre la mitad y tres cuartos de su capacidad total. Es importante abstenerse de usar el portón giratorio, siempre que se pueda.

* En un corral de encierro redondo, este portón debería quedar cerrado en la primera posición, y no moverlo de allí. No se debe usar para empujar a los animales. Los vacunos y los porcinos necesitan espacio para girar, y deben ser manejados en grupos separados y pequeños, dejando espacio entre cada grupo. Los corrales de encierro de ovejas pueden ser llenados totalmente, siempre que los animales no estén apretados. Los ovinos deben moverse en un flujo continuo, sin cortar la corriente, para mantener la conducta de seguimiento.

* Eliminar las picanas eléctricas. Hay que usar otros instrumentos de arreo, como paletas plásticas o varillas con banderines en el extremo.

* Abrir las puertas que impiden el retroceso. Muchas instalaciones de trabajo de ganado tienen demasiadas puertas que traban el retroceso de los animales, y el movimiento suele mejorar cuando se atan de modo que queden siempre abiertas. El único lugar donde puede hacer falta una puerta automática antirretroceso es cerca de la manga de compresión.

* Eliminar las distracciones visuales. Los problemas causados por las distracciones y por la mala iluminación pueden arruinar el funcionamiento de una instalación bien diseñada, y deben ser solucionados. Para detectar las distracciones que interrumpen el movimiento, los operarios deben meterse en la manga y agacharse para ver las cosas a la misma altura que el animal. Los porcinos y bovinos tenderán a rehusarse a entrar a una manga que está a oscuras.

* Para mantener los animales en calma cuando se los sujeta se recomienda bloquear la visión, mover el dispositivo inmovilizador de modo lento y parejo, aplicar la presión óptima, y asegurar que el animal esté parado seguramente, para que no pierda el equilibrio y luche debido a que resbala. En las mangas de compresión, se debe cubrir los laterales o poner tiras de cinta transportadora en las barras verticales, dándoles un ángulo tal que impidan al animal ver a la gente cuando entran.

* El ganado estará más tranquilo si la manga de compresión ha sido cerrada con una presión fuerte y pareja, en vez de apretar al animal de golpe. No obstante, se le debe aplicar una presión suficiente como para que le dé la sensación de estar sujeto. Mucha gente comete el error de apretar más al animal cuando éste lucha. Es importante tener presente que si un animal es apretado demasiado, la presión debe ser aflojada lentamente, pues una liberación súbita de la misma puede asustar al animal.

¡No grite a los animales!

Hay que abstenerse de gritarles o chiflarles a los animales, o de dar golpes de azote. Los bovinos son más sensibles que la gente a los sonidos agudos. Los ruidos metálicos deben ser amortiguados, y los sistemas hidráulicos deben ser silenciosos, diseñándoselos para evitar las frecuencias sonoras para las cuales el ganado es especialmente sensible.

En una planta de faena de porcinos, el arreglo de la cinta transportadora para reducir los ruidos, junto con el manejo calmo, dio como resultado una disminución en los chillidos y los amontonamientos de los cerdos.

También, hay que mover a los vacunos y a los porcinos a paso lento. Los animales asustados son más difíciles de manejar. Los movimientos bruscos o espasmódicos atemorizan a los animales. En entornos salvajes, los movimientos bruscos están asociados a los predadores.

Cuando se trabaja con vacunos o porcinos, no hay que llenar en corral de encierro hasta que la manga de una sola fila esté semivacía, porque el espacio disponible en la manga hará que parte de los animales que entran al corral sigan al líder hacia allí. Si la manga está llena, en cambio, los animales se volverán hacia atrás al entrar al corral de encierro. Es importante no llenar demasiado este corral. Cuando se trabaja con ovejas, el corral de encierro debe estar siempre lleno, de modo que los animales se sigan unos a otros en un flujo constante. Esta es una diferencia de especies entre los ovinos y otros animales ungulados.

Un animal separado del grupo y dejado en aislamiento padecerá estrés, y podrá tornarse peligroso para la gente.

El papel del miedo

Es probable que el miedo sea la causa de gran parte de los efectos dañinos del manejo estresante en el rendimiento y en la salud de los animales. El miedo es una emoción universal que mueve a los animales a evitar a los predadores.

Todos los vertebrados pueden ser condicionados por el miedo. El centro del miedo en el cerebro está localizado en un núcleo de células denominado amígdala, en el sistema límbico. En los humanos, la estimulación de la amígdala suscitará sentimientos de miedo. La estimulación eléctrica de la amígdala desencadenará respuestas de comportamiento y reacciones autónomas que se asemejan al miedo en los humanos.

El miedo provocado por la exposición a algo nuevo puede elevar los niveles de cortisol en mayor medida que muchos procedimientos de trabajo con animales.

Niveles de cortisol

Aunque el manejo y la inmovilización no sean dolorosos, pueden inducir niveles muy elevados de cortisol, tanto en ovinos como en bovinos.

El estrés causado por un manejo indoloro depende del nivel de miedo. Un animal criado extensivamente, que ha tenido escaso contacto con gente, tenderá a padecer más estrés por el miedo, cuando se lo inmovilice, que un animal criado en contacto estrecho con personas y habituado a los procedimientos de manejo. Los ciervos y los terneros que han sido criados en contacto estrecho con humanos tienen menores niveles de cortisol, cuando se los somete a inmovilización, que los que han tenido menos contacto con la gente.

Investigaciones realizadas en el zoológico de Denver, Colorado, indican que si se enseña a un animal a cooperar durante los procedimientos sencillos de atención veterinaria, como la aplicación de inyecciones o la extracción de sangre para analizarla, sus niveles de cortisol se reducen casi al nivel básico del estado de descanso.

Los animales pueden guardar recuerdos difíciles de borrar de situaciones que les provocaron miedo. Se les forma un circuito subcortical en el cerebro, que les permite huir rápidamente cada vez que vean u oigan el mismo estímulo asociado con el miedo. Estos recuerdos pueden ser suprimidos mediante el aprendizaje, pero nunca se borran por completo de los circuitos subcorticales del cerebro.

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