Sector Rural

PNUD reconoce a México por avance en la prevención de pérdidas por razones climáticas

  • El desarrollo de prácticas resilientes ante el cambio climático en la agricultura está asociado a la producción descentralizada, a partir de la agricultura campesina e indígena

2000Agro/Redacción

El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en México reconoció al programa Producción para el Bienestar de la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader) y su aporte en la resiliencia climática del campo, mediante la transición agroecológica.

Esto, derivado de las prácticas impulsadas por este programa nacional con el fin de reducir los siniestros y pérdidas en la producción de pequeñas parcelas de maíz y milpa.

Durante la presentación del “Fichero de prácticas agroecológicas resilientes para el sistema productivo de maíz/milpa”, el subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, Víctor Suárez Carrera, destacó que el programa gira alrededor de prácticas resilientes ante el cambio climático en la agricultura y están asociadas a la producción descentralizada y diversificada en todo el territorio nacional a partir de la agricultura campesina e indígena.

Dijo que este fichero resalta la transición de México hacia un nuevo modelo de agricultura diseñado bajo los principios de la agroecología, al dejar atrás el modelo de revolución verde, el de monocultivos, el de dependencia de insumos externos, semillas, fertilizantes y agrotóxicos.

Agregó que el país desarrolla una metodología de manejo de cultivos en concordancia con la salud de los suelos, de la diversidad biológica y buscando reducir la dependencia de insumos externos, generar disminución de costos, de riesgos y manejando algo que es vital para la resiliencia: el restablecimiento de la salud y del equilibrio de los suelos.

El coordinador de proyectos de Resiliencia y Reducción del Riesgo de Desastres del PNUD México, Xavier Moya García, aseguró que “las prácticas agroecológicas sostenibles en la producción de maíz/milpa resultan un extraordinario mecanismo para contribuir a incrementar la capacidad de mujeres y hombres agricultores para adaptarse a los fenómenos climáticos y fortalecer los sistemas productivos”.

Asimismo, el funcionario explicó que este documento fue realizado en el marco de la iniciativa de Seguros y Financiamiento de Riesgos (IRFF, por sus siglas en inglés) del PNUD, la cual colaboró en la ejecución de un programa de seguro paramétrico para 10 000 personas productoras de maíz y de milpa de temporal pertenecientes al Programa Producción para la Bienestar (PpB).

Dicho piloto fue activado exitosamente en 2022 por un consorcio de aseguradoras (Guy Carpenter, Axa Climate, Swiss Re, Munich Re y Raincoat) y el gobierno mexicano, como resultado del financiamiento del gobierno alemán, apuntó.

La colaboración entre la Sader, el Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), el PNUD y el sector privado no solo es clave para cumplir los objetivos nacionales, sino también a mejorar la calidad de vida de las personas productoras de pequeña y mediana escala, fortalecer la soberanía alimentaria del país y fomentar una agricultura más justa y sustentable, dijo.

El PpB, coordinado por la Subsecretaría de Autosuficiencia Alimentaria, se destaca por su enfoque integral que promueve la resiliencia climática mediante la transición agroecológica, proporciona apoyo económico a más de dos millones de productores e instrumenta la Estrategia de Acompañamiento Técnico para mejorar la productividad de manera sostenible.

Es a través de las Escuelas de Campo donde los productores adquieren conocimientos y prácticas agroecológicas que fortalecen la resiliencia ante fenómenos climáticos adversos, expuso el director general de la Organización para la Productividad, José Atahualpa Estrada Aguilar.

En tanto, el representante residente adjunto de PNUD México, Daniel Vargas, destacó las alianzas generadas para el desarrollo, bajo un enfoque integral. “Las aproximaciones sectoriales son importantes, pero son insuficientes”, comentó.

“Aquí algo que tenemos que rescatar es ese conocimiento desde abajo, ese conocimiento desde la experiencia, inclusive, seguramente desde el desastre, desde el sufrimiento, que han tenido que vivir muchas de estas comunidades que, a través de las Escuelas Campesinas, han podido transmitirlo para el buen uso, seguramente en sus mismos territorios y en otros”, mencionó.Fotografía: Sader

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