2000Agro 110

www. .com.mx BIOTECNOLOGÍA 34 — ¿Quéimplicacionestendríaparalaagro- nomíaqueperfeccionaranesta técnica? —Sinceramente creo que sería la misma revolución que la revolución del uso de híbridos en los años treinta en EEUU que hanprovocadoque laagronomíademaíz enesepaísseaunade lasmáspoderosas del mundo. El productor allá invierte un dólar en semillas y obtiene 40 dólares en la cosecha. Mientras que en México se invierteunpesoygananunos20.Noesel mismorendimiento inclusoconun trabajo máspesadoenMéxico, peseal potencial que tiene la planta. Con técnicas queno son lasmás avan- zadas, quesonusadashace100añosen otro país, podemos tener una cosecha decente. Además México tiene la posibi- lidad de hacer dos cosechas al año en la mayor parte del país y aun así, si midieran el rendimiento de una hectárea de maíz, estamos muy lejos del verdadero poten- cial de esta planta fantástica. El problema es que poco a poco Mé- xico se hace más dependiente de la pro- ducción de granos de EEUU. Más de 15 millones de toneladas de maíz usado en México fue importado en 2017 porque el precioescompletamentedistintoy lapro- ducción en los últimos diez años casi no ha cambiado, es más caro que un grano producido en los EEUU. Si la tendencia continúa, ningún cam- pesino mexicano podrá vender su maíz al precio que corresponde a su trabajo y el preciode la tortillacontinuarásubiendo. Entonces es importante desarrollar una tecnología que ayude a salvar el trabajo de los campesinos y la riqueza genética del maíz mexicano pero mejorando las especies, nosolamenteaprovechando la riqueza de todas estas razas, sino usan- do las técnicas que permitan reproducir de manera más productiva, con menos trabajo, dinero a cambio de una mejor cosecha, para unamejor competitividad. — Qué tan dramática es esta diferencia entre la productividad de los maíces de México y EEUU? —En México no se desarrolló la tecnolo- gía de las variedades híbridas demanera formal. Actualmente se usa, pero en zo- nas de gran producción como el norte o el Bajío. En el sur se siguen usando razas criollas, que tienen una diversidad muy importante, son muy productivas a nivel histórico, pero no son comparables con laproducciónquepuede tener unhíbrido. Por ejemplo, una de las mejores razas como Celaya o Tuxpeño dan una cose- cha promedio de ocho a nueve tonela- das por hectárea. Eso es un rendimiento muy bajo para cualquier híbrido actual, que pueden alcanzar hasta más de 20 (sin riego) a 30 (con riego) toneladas por hectárea de productividad. Las semillas híbridas sonmenos sensibles a la faltade agua, por ejemplo, anteel estréshídricoel híbrido sobrevive, mientras que las razas criollas en general dan muy poco rendi- miento ymás con el cambio climático. Poresolaestrategiadeestainvestigación esdetonar lasventajasquetienen lasrazas criollas y ponerlas en un contexto de me- jor rendimiento de las variedades híbridas que no se pueden reutilizar. Necesitamos una investigaciónquepuedeserexitosaen cinco o diez años, pero necesitamos de fi- nanciamientopara tener todo lonecesario.

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